Probablem
ente al leer el título de entrada el comentario que nos podemos hacer es que “estos tipos ni siquiera se saben el refrán” , sin embargo no es así y si nos permiten empezaremos recordando que “Mucho ruido y pocas nueces” (Much Ado About Nothing en la versión original) es una obra teatral en forma de comedia romántica escrita por William Shakespeare, y desde entonces ha sido usada en la vida cotidiana, como una expresión que denota a aquellos, individuos u organizaciones, que hablan mucho y realizan poco, sin embargo en esta ocasión la traemos a nuestras notas debido a que también existen casos excepcionales en donde valdría aplicarla de manera inversa, siendo así que diríamos que se trata de “muchas nueces y poco ruido”, lo que al caso representa a aquellos que haciendo mucho, realmente poco les importa el manifestarlo a través de cualquier medio (hoy que contamos con tantas variedades de estos) para divulgar sus acciones, y es este caso el que nos interesa compartir con nuestros lectores, alumnos y amigo.
El día 6 de junio , y con motivo de los eventos para conmemorar (que no festejar) el
Día Mundial del Medio Ambiente, tuvimos, al fin, la oportunidad de coincidir con el inicio de las actividades anuales que en la zona de Ciudad Alemán, Veracruz, lleva a cabo el Sr. Fernando Crivelli Espinoza, fundador de la Unidad de Manejo Sustentable (UMA) Lucertas, lugar en el cual, al paso del tiempo y con un entusiasmo compartido por su familia, ha logrado la consolidación de esta realidad que inició en el año de 1994 como un Centro Ecológico y de Reproducción y que a la fecha se ha convertido, gracias al entusiasmo de su fundador, en un centro de apoyo para todas aquellas personas que desean intervenir en la conservación del entorno a través del aprendizaje y realización de acciones directas para la conservación de la flora fauna de la zona.
Si bien es cierto que la fecha del Día Mundial del Medio Ambiente es el 5 de junio, Fernando Crivelli nos enseña que para la gente como él todos los días son para poder conservar el entorno y que la fecha solo significa un dato de inicio y control para planear y evaluar la realización de las metas trazadas.
Reforestar, cuidar, reproducir, liberar, son palabras que leemos y escuchamos constantemente por moda o que p
or algún interés particular se mencionan constantemente, sin embargo “Se escribe y se legisla mucho pero, desgraciadamente, estamos lejos de dar una satisfactoria respuesta a al desafío del cambio climático. Hablamos mucho y realizamos poco de lo que se planifica” como se señala en la publicación Estado del arte de las medidas de lucha contra el cambio climático, de la Consejería del Medio Ambiente y Ordenación Territorial del Gobierno de Canarias, España. Y es por eso que cuando vemos que, a pesar de la apatía de mucha gente, de los obstáculos burocráticos y de la falta de entendimiento de que “Sin bosque no hay un mañana”, está la labor de personas que más allá de criticar y quejarse prefieren planear y ejecutar cuando comprendemos que todavía falta mucho por hacer en muchas áreas y que todos podemos contribuir para la conservación de nuestra especie.
ente al leer el título de entrada el comentario que nos podemos hacer es que “estos tipos ni siquiera se saben el refrán” , sin embargo no es así y si nos permiten empezaremos recordando que “Mucho ruido y pocas nueces” (Much Ado About Nothing en la versión original) es una obra teatral en forma de comedia romántica escrita por William Shakespeare, y desde entonces ha sido usada en la vida cotidiana, como una expresión que denota a aquellos, individuos u organizaciones, que hablan mucho y realizan poco, sin embargo en esta ocasión la traemos a nuestras notas debido a que también existen casos excepcionales en donde valdría aplicarla de manera inversa, siendo así que diríamos que se trata de “muchas nueces y poco ruido”, lo que al caso representa a aquellos que haciendo mucho, realmente poco les importa el manifestarlo a través de cualquier medio (hoy que contamos con tantas variedades de estos) para divulgar sus acciones, y es este caso el que nos interesa compartir con nuestros lectores, alumnos y amigo.El día 6 de junio , y con motivo de los eventos para conmemorar (que no festejar) el
Día Mundial del Medio Ambiente, tuvimos, al fin, la oportunidad de coincidir con el inicio de las actividades anuales que en la zona de Ciudad Alemán, Veracruz, lleva a cabo el Sr. Fernando Crivelli Espinoza, fundador de la Unidad de Manejo Sustentable (UMA) Lucertas, lugar en el cual, al paso del tiempo y con un entusiasmo compartido por su familia, ha logrado la consolidación de esta realidad que inició en el año de 1994 como un Centro Ecológico y de Reproducción y que a la fecha se ha convertido, gracias al entusiasmo de su fundador, en un centro de apoyo para todas aquellas personas que desean intervenir en la conservación del entorno a través del aprendizaje y realización de acciones directas para la conservación de la flora fauna de la zona.Si bien es cierto que la fecha del Día Mundial del Medio Ambiente es el 5 de junio, Fernando Crivelli nos enseña que para la gente como él todos los días son para poder conservar el entorno y que la fecha solo significa un dato de inicio y control para planear y evaluar la realización de las metas trazadas.
Reforestar, cuidar, reproducir, liberar, son palabras que leemos y escuchamos constantemente por moda o que p
or algún interés particular se mencionan constantemente, sin embargo “Se escribe y se legisla mucho pero, desgraciadamente, estamos lejos de dar una satisfactoria respuesta a al desafío del cambio climático. Hablamos mucho y realizamos poco de lo que se planifica” como se señala en la publicación Estado del arte de las medidas de lucha contra el cambio climático, de la Consejería del Medio Ambiente y Ordenación Territorial del Gobierno de Canarias, España. Y es por eso que cuando vemos que, a pesar de la apatía de mucha gente, de los obstáculos burocráticos y de la falta de entendimiento de que “Sin bosque no hay un mañana”, está la labor de personas que más allá de criticar y quejarse prefieren planear y ejecutar cuando comprendemos que todavía falta mucho por hacer en muchas áreas y que todos podemos contribuir para la conservación de nuestra especie.
